Cuando el fuego permite conservar la madera por más tiempo

Image
Arquitectura 7 DE OCTUBRE, 2022

La madera carbonizada, o también llamada “madera quemada”, tiene sus orígenes en Japón donde, en las décadas del 1.700, los constructores desarrollaron una técnica que les permitió dar a este material mayor durabilidad, resistencia al fuego, a plagas de insectos y a la putrefacción. Actualmente este procedimiento ha sido recuperado y está siendo utilizado en diversas partes del mundo.

Esta ancestral técnica, denominada originalmente Shou Sugi Ban, consiste en quemar las capas superficiales de la madera (de 3 a 4 milímetros de espesor), para luego rociarla con agua. Cuando ya está fría se elimina el exceso de carbón mediante el cepillado y se lija, aplicando posteriormente alguna cera, aceite o resina.

Mediante este procedimiento, la madera adquiere un atractivo brillo oscuro y, aunque suene paradójico, se obtiene un material más duradero, extendiendo su vida hasta 80 años sin tener que darle ningún tipo de mantenimiento. Además, el quemado le otorga protección contra los rayos UV, una de las principales causas del envejecimiento de la madera.

¿Sabías qué?

Utilizando una antigua técnica japonesa, la madera es preservada mediante la aplicación controlada del fuego que le otorga un elegante color negro.

Fuente: Madera 21

“La madera es universalmente bella para el hombre. Es el material más humano y más noble del edificio” — Lloyd Wright

Free HTML5 Bootstrap Template by FREEHTML5.co
Imágen ilustrativa. Fuente Madera y construcción

Un material 100% original

La técnica del Shou Sugi Ban sigue siendo muy popular en Japón pero ha sido recuperada por los arquitectos contemporáneos por sus beneficios estéticos. Más aún. Si antes sólo era aplicada en cedro japonés, hoy se ha extendido hacia otro tipo de maderas ─como el pino, el arce y el ciprés─ abriendo todo un campo de exploración para el ámbito del diseño.

El principal beneficio estético de la madera carbonizada es su originalidad al momento de dar vida a espacios y a estructuras ya que el tono negro que adquiere ─producto del proceso de la carbonización─ no es posible darlo con algún otro pigmento o barniz. Para determinar la tonalidad que se quiere obtener solamente será necesario regular la cantidad de carbón que se limpie de las tablas luego del quemado.

Sus diversos usos han transformado a la madera quemada en un material que actualmente está permitiendo que arquitectos y diseñadores de Europa, Norteamérica e incluso de Chile la utilicen tanto en el exterior para el revestimiento, como en muros interiores, muebles u obras de arte.